Hijos del dolor es la primera parte de una bilogía juvenil de ficción histórica alternativa, un género bastante novedoso y que me parece muy interesante. Después de que estallara la guerra en Himalia entre los incondicionales y los coalicionistas, nadie está a salvo. Georgia, que ha tenido que dejar los estudios para trabajar en una fábrica de armas, busca respuestas y termina en la boca del lobo, rodeada de enemigos entre los que se encuentran Zoe y Owen. Ella quiere ir al frente a combatir contra el bando de Georgia, mientras que su hermano no encaja en lo que su padre espera de él. Todos ellos son hijos del dolor de la guerra y no les quedará más remedio que actuar o morir.
Lo que más destaca de esta historia es, sin dudas, los personajes. La trama también es importante, pero creo que todo el peso de la historia cae sobre los hombros de los personajes y sus conflictos internos, cómo lidian con toda esta situación y las relaciones que hay entre ellos. La verdad es que todos los personajes principales tienen una complejidad asombrosa gracias a la evolución que sufren a lo largo de las páginas y a que también se nos presenta sus pasados para conocerlos mejor. Lo interesante es que pertenecen a bandos diferentes y tienen ideologías prácticamente contrarias. Aún así, la autora consigue que empatices con todos a pesar de que quizás no estés de acuerdo con lo que predican y que, de alguna manera, entiendas por qué hacen lo que hacen.
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Fuente: Web de la editorial |
Georgia es de los personajes más importantes debido a que muchos de los acontecimientos giran a su alrededor, además de que buena parte de los capítulos están narrados desde su punto de vista. Ella es una protagonista, en mi opinión, bastante típica que no me terminó de convencer demasiado por el simple hecho de que apenas tiene personalidad. Por lo menos, esta es la impresión que me dio a mí comparada con el resto de mis personajes que brillan con mucha más fuerza. Si es verdad que al final terminé cogiéndole bastante cariño y empatizando con todo lo que le había pasado, pero me sigue faltando algo.
Al contrario, Zoe es un personaje muy diferente y que no se parece en nada a otros personajes que haya leído anteriormente. No os voy a mentir, no es un personaje sencillo porque pertenece al bando más cuestionable, la Coalición, pero da mucho juego y tiene una de las evoluciones más interesantes de todas. Como os digo, no es un personaje que me cayera bien ni muchísimo menos, de hecho me puso bastante nerviosa en varias ocasiones. Lo que me gusta de ella es esa personalidad tan fuerte y que rompa tantos esque,as, lo novedosa que resulta.
Owen y Neo, por otro lado, lograron conquistarme. Son dos personajes a los que les cogí cariño desde el principio, pertenecientes a bandos contrarios, que nos regalan la única pizca de romance entre las páginas de esta historia. Creo que mi favorito ha sido Owen por el hecho de que, a pesar de que su padre es un teniente coronel, no quiere tener nada que ver con la guerra. Lo único que quiere es escribir poesía y ser él mismo, manteniéndose fiel en todo momento a quién es.
Mencionar que Hijos del dolor está narrado desde la perspectiva de varios de los personajes, presentándonos sus visiones de la guerra y permitiéndonos conectar aún más con ellos al meternos bajo sus pieles. Debo reconocer que mis capítulos preferidos han sido los de Georgia, a pesar de que ella como personaje no me fascinara, porque son los más cargados de acción y de acontecimientos interesantes, pero también me encantó la perspectiva de Owen y de Neo debido a que son bastante diferentes a las demás.
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Fuente: Web de la editorial |
Laura Tarraga es una autora de la que había escuchado hablar mucho por las redes sociales gracias a sus libros publicados anteriormente, pero no había tenido el placer de descubrirla hasta ahora. La verdad es que me sorprendió mucho su manera de escribir, debido a que es bastante sencilla y directa. No se entretiene con descripciones innecesarias que podrían ralentizar la lectura y, aún así, consigue que conectes con los personajes y que sientas todo su dolor gracias a los diálogos que mantienen entre ellos y a esos momentos intensos en los que los sentimientos toman las riendas. Creo que es la prosa perfecta para esta historia en la que no se puede endulzar lo que pasa con palabras bonitas, porque nada de lo que pasa es bonito. Las frases y los capítulos cortos reflejan la dureza de los acontecimientos.
He leído muchos libros en los que la guerra es uno de los puntos más importantes de la trama, pero es cierto que todos ellos pertenecen a géneros como la fantasía, la distopía y la ciencia ficción. Esta es la primera vez que me adentro en una novela de corte realista en la que la guerra es la protagonista y en la que, además, la guerra es civil y separa familiares, amigos y vecinos en dos bandos. Por todo esto, Hijos del dolor es una historia dura y difícil en la que están presentes varios temas y elementos sensibles que aparecen mencionados en las primeras páginas para que quede claro el contenido. El país en el que se sitúa es inventado, eso es cierto, pero la autora se ha inspirado en conflictos reales para construirlo y también para construir la historia, lo cual hace que los sucesos sean aún más escalofriantes.
Para ir terminando la reseña quería decir que, a pesar de que el principio se me hizo un poco lento debido a las presentaciones de los personajes y sus situaciones personales, después estuve bastante enganchada a las páginas y lo terminé relativamente rápido, teniendo en cuenta que estoy hasta arriba de tareas de la universidad.
El final... ¿Qué deciros de esos últimos capítulos? Pasaron muchas cosas, se me rompió un poco el corazón y me quedé con muchas ganas de saber qué pasa a continuación. Por suerte, no tendremos que esperar demasiado porque la segunda parte de la bilogía se publica a finales de este mismo año.
Resumiendo, Hijos del dolor es la primera parte de una bilogía de ficción histórica alternativa cruda y realista que nos introduce en un mundo de dolor y guerra en los que los personajes son lo más importante. Con representantes de ambos bandos y todo tipo de ideologías, los personajes están muy bien construidos y cuentan con una gran evolución a lo largo de las páginas. El contraste entre ellos es muy interesante y es imposible no terminar cogiéndoles cariño. El mensaje que transmite es desgarrador, al igual que ese final que me dejó con ganas de más.