Hace cosa de un mes publiqué una entrada anunciando que iba a estar participando en el reto NaNoWriMo. Para los que no sepáis que es o de que entrada estoy hablando os dejo el link aquí. Pues bueno, empecé el mes con muchas ganas y con una idea muy clara en la cabeza. Pero Noviembre es un mes muy complicado. Tenía trabajos, tareas y muchos exámenes. Así que no tenía tiempo para nada. Cara a la mitad del mes ya me puse por debajo de la media, pero aún así no quería rendirme.
Pero llegó un día en el que dije: No puedo más. Estaba agobiadísima con los exámenes y además con tener que escribir 1666 palabras diarias. Así que decidí abandonar el reto, muy a mi pesar. Me dio mucha pena dejarlo, sinceramente, pero no daba a basto. En unos 15 días llegué a las 20000 palabras, así que tampoco estaba muy lejos de mi objetivo de las 30000.
Cuando empecé el reto os dejé en la parte derecha una encuesta para que votarais si queríais que subiera un fragmento de la historia que estaba escribiendo, y ganó el que os encantaría, así que aquí os la traigo. A pesar de haber fallado en el reto voy a continuar con la historia e intentar terminarla pronto. Es un libro de fantasía y este fragmento no es exactamente el comienzo, está un poco más adelante.
-Buenos
días, guerreros. Todos estáis aquí para conseguir el privilegio que yo he
tenido. Muchas gracias por venir. Estoy seguro de que todos vosotros tenéis
talentos increíbles, pero sólo puede ganar uno, y sólo pueden ser altos cargos
nueve más. Como ya es habitual en Yilakes, los actuales altos cargos dejarán de
serlo y tendrán que ser examinados de nuevo. En este examen se pondrán a prueba
todas y cada una de vuestras habilidades, tanto de combate y fuerza, como de
estrategia, porque eso también es algo muy importante. Mucha suerte a todos.
Podéis empezar a pasar.
Todos
los hombres se levantaron al unísono y empezaron a introducirse por la puerta
que antes ocupaba Timothy. El corazón de Katherina empezó a latir con fuerza y
su manó empezó a temblar, pero se obligó a si misma parar.
Cada
uno de los guerreros se introdujo en una habitación. Una vez dentro se cerraron
todas las puertas, y las pruebas comenzaron.
Kat
estaba totalmente a oscuras, no podía ver nada. Pero no permitió que eso la
pusiese nerviosa. Sabía que era buena y que podría lograrlo. No iba a
permitirse por nada del mundo hacer esa prueba mal.
De
repente se encendió la luz, lo cual la cegó durante unos instantes. Cuando su
vista se aclaró pudo ver que delante de ella a un enorme criatura, que ella
conocía perfectamente. Sólo había visto uno de ellos en toda su vida, pero le
habían contado muchas cosas sobre ellos.
Era
un jeno, habitante del reino del fuego, Januken. Era grande, medía más de dos
metros y corpulento. Sus hombros eran casi dos veces los de Katherina. Su piel
estaba hecha de una especie de roca granate, con grietas. Normalmente los jenos
llevan pesadas armaduras negras por todo su cuerpo hechas de un mineral que
sólo se encuentra en su reino. Pero el que Kat tenía delante solamente llevaba
armadura en el pecho y las piernas, sin casco. Pudo ver su cara a la
perfección, y un escalofrío le recorrió el cuerpo. No tenía nariz, y su boca
era grande, alargada, que mostraba unos dientes afilados. Sus ojos eran rojos
como la sangre, grandes, que la miraban fijamente. Pero lo que más le
sorprendió fue lo que tenía ese monstruo por pelo. Tenía fuego, llamas de fuego
de más de cuarenta centímetros de altura. El jeno tenía una larga espada negra,
con una hoja aparentemente muy afilada.
Katherina
lo analizó durante unos segundos, pero entonces su contrincante se abalanzó
contra ella con todas sus fuerzas, espada en alto. Kat desenfundó rápidamente
las dos que ella tenía y paró el golpe sobre su cabeza. Utilizó toda la fuerza
que tenía para impedir que la espada del jeno le partiera la cabeza en dos. Se
apartó con agilidad.
Kat
se lanzó rápidamente y comenzó a dar estocadas a su contrincante, pero el Jeno
también era rápido y bloqueaba todos sus ataques. Katherina sabía que debía ser
lista para vencer.
Justo
cuando el jeno iba a golpearla con su espada, ella se coló por debajo de sus
piernas. Eso tomó por sorpresa a su adversario, así que aprovechó para
golpearle con fuerza con sus dos espadas. Ambas atravesaron la armadura de
forma muy superficial, y las retiró rápidamente. Eso apenas hirió al jeno.
Katherina
se alejó de él, y empezó a hacer que la energía de la tierra fluyera por ella.
Yilakes es el reino de la tierra; por lo tanto, los yilis pueden controlar la
naturaleza, las plantas y la tierra. Kat utilizaba su magia desde que era muy
pequeña, porque siempre le había fascinado. Su madre le había enseñado a crear
un árbol con mucha concentración y paciencia.
Notó
como la magia de la tierra la inundaba, lo sintió por cada una de sus venas.
Era una sensación increíble, llena de adrenalina. Cuando por fin se sintió
llena el jeno estaba casi encima de ella, así que se apartó. Levantó sus manos,
apuntando a las piernas de la criatura. La energía empezó a fluir y salió por
la palma de sus manos. El suelo empezó a temblar, hasta que del suelo empezaron
a salir grandes y robustas raíces, que rodearon las piernas del jeno.
-¿Nunca
te han dicho que el fuego vence a la tierra? – dijo su adversario con una voz
ronca, gutural, que resonó por toda la sala. Una voz siniestra, cargada de odio
hacia ella.
El
fuego de su cabeza se intensificó, y las raíces empezaron a quemarse. Katherina
aprovechó ese momento porque sabía que el jeno estaba concentrado en lo que
hacía. Sacó uno de los cuchillos que tenía del cinturón, y lo arrojó con
destreza a la cabeza de su contrincante. El jeno lo intentó parar con su brazo,
pero el cuchillo le atravesó el antebrazo y empezó a gritar con fuerza.
Kat
corrió hacia él con sus dos espadas mientras pensaba en la naturaleza, en los
árboles, su elemento. Aparecieron cientos de hojas de la nada, que se lanzaron
a la cara el jeno y lo cegaron durante unos instantes. Mientras seguía
corriendo hacia él pensó en la tierra, las rocas, y provocó un terremoto en el
pecho de la criatura, rompiendo su armadura y dejando a la vista su granate
pecho. Se abalanzó sobre contra él, y hundió las dos espadas sobre el pecho del
jeno, una de ellas sobre el corazón.
Su
adversario soltó un grito ahogado y maldijo en bajo. Katherina lo miró a los
ojos con una sonrisa en su cara, y pudo ver como la vida abandonaba los del
jeno, hasta que éste se desplomó sobre el suelo. Las raíces se rompieron con el
gran peso muerto.
Lo
había logrado. Nunca había matado a uno. Se sentía muy orgullosa de si misma.
Sabía que le estaban observando tras una de las paredes y que habían estado
tomando nota de su pelea. Sólo esperaba que hubiera sido suficiente. Una voz
comenzó a sonar por toda la sala. La voz del antiguo capitán Timothy.
-Enhorabuena, Katherina Blair. Has superado
la prueba con éxito. Mañana anunciaremos los nuevos altos cargos y nuevo
capitán o capitana de la Guardia Real. Muchas gracias. Puede retirarse.
¡Y hasta aquí la entrada de hoy! ¿Os ha gustado el fragmento? ¿Habéis participado en el reto?
Hola!!!
ResponderEliminarQue chulada, me encanta. Sigue así que quiero seguir leyendo y enhorabuena por llegar al final de Nano.
Un besito de cc.
Me alegra mucho que te gustara^^
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado! Sigue por favor *-*
Besos!
Ai, muchas gracias^^
EliminarQuiero seguir leyendo! No lo puedes dejar ahí!!!! Espero que publiques mas fragmentos pronto!!
ResponderEliminarBesos ^^
Ai, me alegra mucho que te guste jo *^*
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